Los primeros rayos del alba se asoman en el horizonte. A gran velocidad salimos de la capital riojana. Dejamos atrás la Ruta Nac. Nº 38 y empalmamos la Ruta Pcial. Nº 26 hasta la localidad de Tama. Del brillo del lucero sólo quedan algunos vestigios y ya en el amanecer mismo irrumpen ante nuestra mirada los llanos riojanos, aquellos que vieron nacer a Facundo Quiroga, de ahí que a este caudillo devenido en mito se lo conoció con el apodo de “el tigre de los llanos”.